¿Sientes la magia en el aire cuando llega octubre con una brisa fresca y hojas de colores? Es la época del año en la que las calabazas reinan, adornando nuestros cafés con leche, nuestras tartas e incluso nuestros helados. ¿Qué une estas delicias otoñales? Lo has adivinado: el adorado sirope Pumpkin Spice. En esta deliciosa aventura de bricolaje, MOIC te enseñará a crear este oro líquido en casa.
Claro que puedes comprar una botella de sirope de especias de calabaza en tu tienda habitual, pero ¿dónde está la gracia? Hacer tu propio sirope te permite adaptar los sabores a tu gusto y disfrutar de una sensación de logro al final. Además, podrás impresionar a tus amigos y familiares con tus nuevas habilidades. Y no olvidemos que es el mejor amigo del helado: imagínate rociándolo sobre una bola de deliciosa vainilla.
Antes de embarcarnos en nuestra aventura con especias de calabaza, asegúrate de tener a mano estos 6 ingredientes:
- 2/3 taza de azúcar moreno claro
- 1/2 taza de azúcar granulado
- 1,5 cucharadas de especias para pastel de calabaza
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 1 cucharadita de canela extra (Opcional)
- 1/3 de taza de puré de calabaza.
- Empiece poniendo 1 taza de agua en un cazo pequeño. Añada el azúcar moreno y el azúcar granulado, la especia para pastel de calabaza y el extracto de vainilla.
- Poner el cazo a fuego medio-alto y llevar la mezcla a ebullición. No olvides batir de vez en cuando. Queremos que el azúcar se disuelva y las especias se despierten, infundiendo su delicioso aroma en el sirope... ¡y en tu casa! Déjalo hervir a fuego lento durante unos 2 minutos para que se mezclen todos los sabores.
- A continuación, reduzca el fuego y bata el puré de calabaza hasta que la mezcla esté suave y cremosa. Vigila que no hierva ni se queme.
- En cuanto se consiga esa mezcla cremosa, retírelo inmediatamente del fuego. Un sirope suave es como una brisa fresca en un día caluroso, y eso es exactamente lo que pretendemos.
- ¡El toque final de delicadeza! Cuela tu mezcla mágica a través de un colador de malla fina y déjala fluir en un recipiente de almacenamiento. Una vez que se enfríe, ponle una tapa acogedora y ¡mételo en la nevera! Es como conservar un trozo de otoño para cuando necesites una escapada dulce.